Los cambios de chaqueta

Escrito el 05/02/2024
José Campanario

Tal vez haya cierta similitud entre la fábula del traje del rey y esos cambios de chaqueta que se están dando, desde hace algún tiempo en algunos personajes públicos que han desempeñado altos, muy altos puestos en la política española.

Seguro que todos recordamos la fábula del rey autocomplaciente, lleno de narcisismo y totalmente fuera de la realidad, acostumbrado a que sus servidores, lacayos y nobles manejaran los hilos para que el pueblo llano, bajo amenazas y otras tretas, aplaudiera sus excentricidades, sus antojos y sus imbecilidades. A tal punto llegó la estupidez del rey de la fábula que pidió a su sastre que le hiciera un traje que pudieran admirar todos sus súbditos. Todos recordamos cómo el «traje invisible» era visto por todos, excepto por un niño; la candidez infantil nunca miente.

Y viene a colación toda la parrafada anterior, al comportamiento de don Felipe González Márquez, que de ser el paradigma del progresismo, el paladín de la democracia y la esperanza de una nación que deseaba con todas sus fuerzas olvidar las obscuridades de la dictadura felizmente enterrada, nunca mejor dicho, ha pasado a ser látigo de las alternativas de progreso en este país, fustigador ladino y taimado de gobiernos de izquierda que puedan sembrar esperanzas en una parte de la ciudadanía, la mayor parte, harta de no llegar a fin de mes; de que los alquileres suban; de que se ofrezcan puestos de trabajo mal remunerados y peor considerados a los jóvenes; de que la dignidad de la gente que no entra en el conjunto de la «gente de bien» se pisotee constantemente y de que campen a sus anchas delincuentes de cuello duro, presuntos, que escupen sus privilegios a la cara de la ciudadanía y hacen sorna de los «menos que mil euristas», robando su derecho a una sanidad pública de calidad, a una enseñanza que ofrezca oportunidades a todos por igual; de unos ciudadanos que merecen circular por carreteras sin riesgo de accidentes por el mal estado del firme, de jóvenes que aspiren a tener una vivienda digna… en definitiva de que los «Derechos y libertades» recogidos en nuestra Carta Magna, sean una realidad y no una simple quimera.

Y es que el Sr. González Márquez, don Felipe, se nos ha reconvertido del rosado socialdemócrata de antaño, a un palmero de los tonos azulones. Es lo que en otras épocas se denominaba con el término, hoy en desuso, de chaquetero. Aunque, por lo que parece, hay algunos más, además del expresidente, que están por la labor de actualizar con toda su crudeza el hábito tan hispano del cambio de chaqueta.  

Los ciudadanos que todavía siguen teniendo criterios propios, a pesar del bombardeo de la mayoría de los medios de comunicación, en su habitual línea de desinformar, piensan que es indigno que una persona así esté contra su propio gobierno, de un gobierno al que, supuestamente, esa misma persona ha votado o debe haber votado.

Aunque muchos ciudadanos se preguntan qué vota de unos años acá el Sr. González, y algunos más antaño líderes del «progrerío» patrio.

La última de don Felipe González ha sido decir que las nucleares son más limpias, que las placas solares no son reciclables… Curiosa coincidencia, una vez más, con la derecha. ¡Y van…!