Malgorzata Mirga-Tas en el CAAC: memorias del bosque y del holocausto gitano

Escrito el 01/10/2023
Redacción

En julio de 1942, en un bosque de la Polonia ocupada cercano a Borzecin, los nazis asesinaron a 29 personas, entre ellas 21 niños, en un asentamiento romaní. Más de medio siglo después, la artista Malgorzata Mirga-Tas (Zakopane, Polonia, 1978) presentó en ese mismo lugar un monumento a las víctimas del genocidio gitano (porrajmos) en la Segunda Guerra Mundial.

Ella, de formación escultórica, explica en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, en Sevilla, que ese memorial ha sido la obra que le ha valido los premios más importantes de su ascendente carrera hasta su consagración en la Bienal de Venecia de 2022. Sin embargo, esos galardones no impidieron que en 2016 fuera vandalizado y destruido, coincidiendo con el significativo aumento del nacionalismo en Polonia. Mirga-Tas no se amilanó y decidió seguir trabajando en la representación del porrajmosreconstruyó el monumento, instaló en el bosque una copia, y se quedó con los restos de la escultura mutilada de una mujer romaní. Esos fragmentos son el punto de partida de una de las obras más delicadas y singulares, 29, que muestra en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo: con los restos de aquella figura femenina de madera, reanimó el objeto destruido rehaciéndolo con parafina. Sobre una peana, en una capilla del antiguo monasterio sevillano de la Cartuja, las piezas de ’29’ ponen el foco en la frágil memoria del holocausto gitano en la Polonia actual.

Mirga-Tas es una artista, activista y docente polaca que en 2022 se convirtió en la primera romaní en representar en solitario a un pabellón nacional en la historia de la Bienal de Venecia. Desde esa 59ª edición de la Bienal se ha convertido en una de las artistas más demandadas, admiradas y cotizadas de Europa. Sólo en el mes de septiembre inaugura tres muestras individuales de su producción en Londres, Varsovia y en Sevilla, donde el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, dependiente de la Consejería de Turismo, Cultura y Deporteofrecerá hasta el 31 de marzo de 2024 la ambiciosa muestra ‘Malgorzata Mirga-Tas. Remembranza y resignificación’, de la que es comisario el director de este museo, Juan Antonio Álvarez Reyes.

Junto al proyecto escultórico que supone 29esta exposición consta, sobre todo, de arte textil y grandes tapices elaborados en un proceso de creación colectivo con materiales reutilizados que, en muchos casos, se trata de telas y prendas usadas por miembros de su familia o la comunidad romaní donde reside, Czarna Góra. La pieza central es, por sus dimensiones y monumentalidad, Re-encantando el mundo, con la que representó a Polonia en la Bienal de Venecia y que se despliega por toda la iglesia del monasterio cartujo que es la sede del CAAC: un conjunto de tapices, divididos en tres bandas, en los que Mirga-Tas narra en la parte superior la llegada de las comunidades romaníes a Europaretratos de mujeres que la inspiran, combinados con motivos astrológicos representados en los frescos del Palazzo Schifanoia de Ferrara, en la parte central, y escenas de la vida diaria en Czarna Góra en la banda inferior, por ejemplo, reuniones de amigas y familiares suyas, entre las cuales se autorretrata, cosiendo en grupo.

«Desde lo subalterno interior en Europa, desde el feminismo de las minorías, desde el trabajo colectivo como es el del tejer en común, desde el ecologismo de la reutilización de los textiles usados próximos, Malgorzata Mirga-Tas ha ido construyendo en los últimos años un conjunto de proyectos que esta exposición sintetiza en un contexto, el andaluz y el sevillano en particular, donde se concentra el mayor número de ciudadanos romaníes del Estado español. Leer y exponer, por tanto, esas «historias otras», resulta no sólo necesario, sino también obligatorio para el CAAC, como también lo es hacerlo mediante la colaboración con habitantes, activistas e instituciones del Polígono Sur», recordaba el comisario de la muestra, Juan Antonio Álvarez Reyes, en la presentación a los medios.

Obras de la exposición
Obras creadas ex profeso para esta muestra, ubicadas en la antigua sacristía, y enmarcadas por las molduras de Pedro Roldán que alojaron los lienzos de Zurbarán

El trabajo de investigación impulsado por esta muestra se ha desarrollado en buena medida en el Polígono Sur, donde la artista creó redes con mujeres romaníes como la bailaora África de la Faraona y sus hijas. «Sus realidades son muy diferentes, pero consiguen entenderse y atravesarse unas con el cariño de las otras», explica el historiador del arte y director de escena Miguel Ángel Vargas, quien ha participado desde los inicios en este proyecto. Tres obras en acrílico, textil y madera que se exponen en la antigua sacristía, enmarcadas por las molduras de Pedro Roldán que en su día alojaron los cuadros de Zurbarán, nos cuentan tres historias protagonizadas por mujeres gitanas de distintas épocas: la cantaora vecina del Polígono Sur Herminia Borja, la jerezana Manuela Carrasco Jiménez con su hija Cati, y la legendaria Juana Vargas de las Heras, alias ‘La Macarrona’, que triunfó a finales del siglo XIX en París.

El tercer gran proyecto de esta muestra se localiza en el antiguo refectorio, bajo el artesonado mudéjar, donde encontramos las casas de madera romaníes que reproducen una instalación pensada para un museo etnográfico al aire libre en Polonia, que nos hablan de la necesidad de descolonizar el discurso museístico y buscar nuevas estrategias artísticas.

Completan la exposición, la primera que se dedica en España a Mirga-Tas, dos conjuntos que reúnen sus capillitas populares y sus elocuentes biombos, donde la artista retrata a mujeres de su familia, como ocurre con Miri Baba (2019), en el que presenta a su abuela rezando el rosario, rodeada por sus gallinas. Recuperar la idea de comunidad, enfatizar los cuidados, respetar el entorno natural y reivindicar el pasado, presente y futuro romaní son algunas de las obsesiones de esta artista activista que encarna un nuevo feminismo, inspirada por las tesis de Silvia Federici y que persigue, con sus «puntadas subversivas», conformar una iconografía positiva que otorgue a las mujeres de su comunidad el protagonismo que les ha sido históricamente usurpado.