Recomendación: «Cumbres Borrascosas», de Emily Brontë

Escrito el 18/12/2021
Sheila Guerrero

 Artículo publicado en el número 2 de tuDesayuno

Como les dije el otro día soy lectora profesional pero no mucho. Hoy vengo a recomendar un libro que hará que los lectores de verdad se sientan un poquito menos indignados conmigo: Cumbres Borrascosas, porque Las pajas mentales de Emily Brontë era un título demasiado largo.

Teniendo en cuenta que Cumbres Borrascosas fue escrita por una cría con tuberculosis en 1847 donde Jesucristo perdió la alpargata y no supo volver pues mira, podría haber sido peor.

Teniendo en cuenta también que yo soy una adulta (o eso dice Google porque yo a ratos siento que estoy todavía en la edad del pavo), de los 90, educada en el feminismo y tal pues casi que se me ha hecho bola. Y la bola ha sido tan grande que ha durado 12 años. Sí, he tardado 12 años en leerlo, con varios intentos todos los años, con frustración a partir de la página 30, con chocazos en la pared porque quiero terminar esta cosa, con lágrimas porque la traducción es terrible, con la búsqueda de una traducción mejor y, finalmente, con el mayor de los cabreos. Mejor hago resumen y deciden por ustedes mismos.

Emily es una víctima de sus circunstancias y su tiempo, vale, puede que fuese la leche en su momento, pero a día de hoy el libro es un truño.
La historia tiene un claro protagonista: el drama.

Un tipo llamado Lockwood llega a la finca Cumbres Borrascosas y allí conoce a su casero, Heathcliff que es más seco que la mojama. Con él vive una muchachilla que le hace tilín a nuestro amigo Lockwood y un muchacho que parece un poco tolai. Todos bien amargados, por supuesto.

Total, que de pronto cae allí el tormentazo de su vida y se nos resfría un poco Lockwood por lo que le toca a la señora Dean, la criada, cuidar de él. Y el colega no tiene otra cosa mejor que hacer que preguntarle a la señora sobre la historia de la familia. Pa qué.

La señora Dean al principio se hace la remolona pero después se arremanga y empieza a darle a la sinhueso. Le cuenta que Earnshaw, el dueño original de Cumbres Borrascosas trajo a Heathcliff un día porque se lo encontró tirado y le dio penita y lo adopta como perrillo abandonado. Earnshaw tiene dos hijos más: Catherine y Hindley. Una se enchocha con él y el otro le coge asquito. Adivinen quien es quien.

La cosa empieza a liarse porque unos se casan con unos, otros con otros y nadie parece del todo contento mientras Catherine, bien casada, y Heathcliff tienen una relación nada tóxica a la que nuestra amiga Brontë llama «relación apasionada» y se lía parda pero voy a contar más que luego se me acusa de destripadora de historias.

Esta historia tiene de todo: drama, relaciones tóxicas, falta de amor propio, borrachos, gente amargada y señoras cotillas.
Recomendada para todos aquellos que quieran convertirse en lectores de bien.