Un pequeño análisis comunicacional de la propaganda electoral

Escrito el 14/06/2022
Gorka Fernández

Si algo no falla en ninguna elección son las cartas de los partidos. En las pasadas generales incluso varios medios de comunicación se lanzaron a una campaña para lograr que calara en la opinión pública el despilfarro y la generación de residuos que generan. Lo que no explicaban es que, para los indecisos —un 30% del electorado—, la propaganda electoral es casi determinante.

La propaganda electoral, o mailing, es la única forma que tienen los partidos de pedir el voto e intentar colar alguna propuesta en aquellos que están más despegados, que no ven los debates, que apenas pueden ver los telediarios y enterarse de qué va el programa de cada cual. También es la última oportunidad de rascar algún voto entre los cabreados, e incluso entre los abstencionistas. La virtud del mailing es que te lo meten en el buzón, muchas veces con tu nombre. Se crea así la primera relación. El partido te conoce.

En realidad todos (o casi) te conocen, puesto que los nombres son sacados del censo electoral, algo disponible para todos los partidos que hayan tenido representación en las anteriores elecciones. Cuando se vea la fórmula «electores residentes en» es que la formación es nueva o nunca se ha presentado en esa circunscripción y, por tanto, no tiene derecho a conocer tu nombre. Particularidades de nuestra Ley Electoral, qué le vamos a hacer.

El coste de este mailing lo asumen los partidos y forma parte de los gastos subvencionables por las cantidades a las que tienen derecho las formaciones con arreglo, de nuevo, a los resultados que obtuvieron.

Unos resultados que vamos a emplear para ordenar los partidos, porque por algún lado hay que comenzar. Tomaremos las cifras que ha dado la Junta Electoral para ello, tal y como mencionamos en el artículo de los carteles electorales.

PSOE (Partido Socialista Obrero Español)

El PSOE está echando el resto en estas elecciones, sabedor de que una minoración de sus resultados supondrían que, por primera vez en su historia, no sería el partido ganador (incluso en las anteriores elecciones, aunque perdió la presidencia de la Junta, el partido socialista fue el partido más votado). Esto se aprecia no solo en la carta, también en el pequeño periódico que han confeccionado a cuenta de las elecciones.

En el frontal del sobre destaca la preeminencia que se le da al candidato, con el busto de Espadas ocupando la mitad visual del espacio. Se vota a la persona, no al partido, que ni siquiera aparece en esta parte del sobre. Un pequeño logo, el de campaña, se sobreimprime sobre su hombro derecho. Sonriente, Espadas aparece mediante la ubicua fotografía oficial, un remedo de la línea que el PSOE inauguró en las generales de noviembre de 2019. Una fotografía saturada y bastante poco natural en su cartelería —pensada para ser muy visible en la lejanía y para transmitir viveza— que, sin embargo, queda deslavazada por la poca calidad de impresión. Queda, por tanto, la cara del candidato pálida y con manchas que presentan a Espadas como un tipo menos afable de lo que muestran las otras fotografías. Sin embargo, el aplanamiento de los colores resulta en que, por contra, parece más humano.

La trasera del sobre lo ocupa por entero el color rojo, sólo roto por una bandera de Andalucía en su parte inferior. En el espacio para el remite, la primera petición de voto: «Vota por la Andalucía que quieres.», enmarcándose en el centro el logo y lema del PSOE de Andalucía. El PSOE lleva haciendo esto varios años, sin darse cuenta de que, a nivel psicológico, el color rojo ocupándolo todo es, a falta de una palabra mejor, sangrante.

Es curiosa la involución en el posicionamiento de la bandera, que vuelve a situarse en la misma franja inferior que ya ocupara en los años 80 con aquel cartel de «A la hora de la verdad». Se abandona la línea rupturista de Susana Díaz donde la verdiblanca ocupaba la totalidad del diseño. Esta decisión de diseño obedece también a una estrategia unitaria y centralista en la que se intenta reforzar el apoyo de Madrid y del propio Sánchez a Espadas.

Este esquema se repetirá en la propia carta, donde el encabezado pide el voto con la misma fórmula que en el sobre. Un pequeño texto a dos columnas sitúa estas elecciones en un momento trascendental con un casi apocalíptico «Andalucía se juega su futuro en España y Europa». La carta del PSOE nombra tanto a PP como a VOX, en la línea de mimetizar ambas opciones como si fueran una sola que han tenido durante toda la campaña. Los socialistas invocan al espíritu del Estatuto de Autonomía para hacer cuenta de lo gobernado en sus 37 años, comparándolo con el «frenazo a lo conseguido y un deterioro de los servicios públicos» de los «últimos tres años del gobierno de las derechas». En la dinámica de que estas elecciones son un plebiscito, se encomienda a los «andaluces y andaluzas» porque «tu voto es más importante que nunca». Destaca la ausencia del otro lema de campaña: «si votamos, ganamos», un lema movilizador pensado para trasladar la idea de que el PSOE tiene una mayoría social detrás.

Como pedrea y porque el PSOE de La Rinconada también se juega mucho con estas elecciones —Javier Fernández es secretario general del PSOE de Sevilla y Raquel Vega es secretaria de comunicación del PSOE andaluz—, se ha confeccionado un periódico «Edición Especial Elecciones Andaluzas». Lo del periódico es querer hilar fino. A saber, tres detalles: buzoneado igual que el TomaNota y con su mismo papel y tamaño, lo que puede inducir a pensar que se trata, efectivamente, de una edición especial del rotativo municipal. Abunda en ello el segundo de los detalles, la numeración. Crear un número 1 es una promesa de que habrá un número 2 y correlativos, da una sensación de continuidad, de poder hacer cosas. El tercero de los detalles es que, además, la edición especial tiene una edición para La Rinconada donde se afirma, incluso, que Espadas quiere exportar el modelo socialista de nuestra ciudad para Andalucía. Hay que reconocerle a Raquel Vega, que como hemos comentado es secretaria de comunicación del PSOE andaluz, que de esto sabe un rato. No es nada sutil el tiro, pero le da a dos pájaros: imbricar el proyecto de Espadas con la larga trayectoria de Fernández, a la vez que prepara el camino para las municipales. 9 veces aparece nuestro alcalde, un número superior incluso a las fotografías de Espadas.

Culmina el periódico —24 páginas que de seguro ustedes también habrán recibido— con un bastante desafortunado montaje. Desafortunado por varios motivos: el primero es tomarse a guasa algo tan serio como unas elecciones, en período de campaña y en lo que se supone es una comunicación oficial por parte del PSOE —el logo del partido aparece en todas las páginas—. El segundo, hacer la coña después de decir que estas elecciones son cruciales porque el PP, junto a VOX, quiere desmontar la autonomía, por lo que la solemnidad de su discurso queda invalidada. El último, que se trata, además, de una copia de un video viral de hace unos meses en el que, precisamente con la misma escena de «La vida de Brian» se daba cuenta de los méritos de Podemos en el gobierno. No era tampoco una creación original, puesto que el PSOE ya lo había utilizado en 2019. Y antes por UPyD en 2012. Es decir, ya está manido el «¿qué han hecho los romanos por nosotros?»

CS (Ciudadanos)

El mailing de Ciudadanos es del tipo unitario, propio de formaciones que no tienen mucho dinero para el conjunto sobre-carta-papeleta-sobre electoral. Todo eso es peso que se suma al envío, y monto en la factura. Por eso, hace unos años se inventó esta fórmula de que el sobre fuera la misma carta y que sólo contuviera lo importante: el voto.

En el frontal destaca el lema de campaña: «Andalucía, el cambio que funciona», con el mismo diseño general que en las elecciones pasadas —con una evidente intención continuista—, pero haciendo una revisión más clásica, con una sombra en «Andalucía» que, pensada para hacer visible la parte de las letras blancas que sobrepasa el rectángulo verde, imbuye al diseño de un tono pasado de moda. El logo del partido flanquea al lema y completa el diseño un qr con todas las propuestas, una solución de baja tecnología para la falta de espacio.

El reverso lo ocupa, de forma girada, el logo con la palabra completa, una fotografía del candidato, arropado por Arrimadas y por Rocío Ruiz —la cabeza de lista por Huelva y actual Consejera de Igualdad—. Estos nombres quedan ocultos por la solapa, donde aparece el hastag Andalucía liberal y el corazón europeísta de la formación.

La foto es un calco de la que, en la campaña anterior se produjera como foto oficial. Aquella foto, tomada por el propio Marín con un palo selfie, aportaba frescura y e irradiaba optimismo. Marín, mirando de frente, se encontraba arropado —y físicamente apoyado— por Arrimadas y el entonces presidente del partido, Albert Rivera. Detrás, hasta siete rostros del resto del equipo, perfectamente definidos. La foto de este año cuenta otra historia, aunque la composición es muy similar. Marín aparece, de nuevo, apoyado por Arrimadas —que ahora funge como presidenta nacional— y por la mencionada Rocío Ruiz. Ahí acaban los rostros definidos. El fondo, lleno de una multitud indefinida, muy seguramente un acto de campaña. El mayor error comunicacional es que Marin no mira al elector, aparece mirando a alguien fuera de plano (a su derecha). El segundo es, curiosamente, un error de vestuario: aparece sin chaqueta, recordándonos a ese invitado que está cansado de bailar en la boda. El tono general de la fotografía, pálido y desaturado, transmite tristeza, al igual que las frías y circunspectas sonrisas de los retratados.

El interior comienza con una enumeración de éxitos «después de 40 años del PSOE, con Ciudadanos en el gobierno», para situar la petición de voto en su parte central. Un mensaje que, como en el caso del PP, es una llamada a la acción de continuidad. La fotografía de Marín, igual de pálido que en el exterior, ahora sí mirando al elector y algo más sonriente; sobreimpreso, otra vez el lema de campaña pero sin el sombreado, haciendo que gane en fuerza. Marín aparece en esta fotografía con la postura casual de un gestor, imagen que durante toda la campaña ha querido trasladar.

PorA (Por Andalucía)

La coalición de izquierdas emplea el mismo conjunto unitario que Ciudadanos, en un sobre cuyo frontal está lleno por el arcoiris y el logo de la formación. Prima que la gente conozca la marca, por lo el frontal carece de otro tipo de elementos, más allá de los legales de «Envíos postales de progaganda electoral», «Franqueo pagado» y, lógicamente, el nombre y dirección del elector a quien se dirige la comunicación.

El reverso aparece dominado por una fotografía de la candidata que no es la central de campaña —la coalición está destacando por la multiplicidad de su propuesta identitaria, en consonancia con la multiplicidad de partidos que la conforman, pero sin perder nunca una solución de integridad comunicativa—. La chaqueta elegida muestra un estampado de motivo floral muy colorido que busca representar la pluralidad política de la opción. El lema de campaña, «Inma presidenta», el QR con la página web donde se puede ver la candidatura y el progama, además del logo de la coalición, completan el reverso.

Una vez abierto, se aprecian dos conjuntos. Por un lado, lo más reseñable es el conjunto de los 6 principales candidatos —que además personifican las fuerzas políticas coaligadas—, en una fotografía muy colorida donde se reflejan los valores ecológicos, andalucistas, de apoyo y cercanía que la coalición pretende transmitir.

El segundo bloque es el del texto, donde se presenta la formación como una opción de «gobierno progresista», haciendo hincapié en uno de los lemas de campaña: «somos más». El texto es cercano, muy inteligible, busca puntos comunes con el elector, a la vez que denuncia aquellos que «niegan el cambio climático y la ciencia» para pedir el voto en las últimas líneas. Una petición del voto sin estridencias e integrada en el propio discurso de forma natural.

Esta falta de estridencia o de florituras de diseño se aprecia en el resto de la mencionada multiplicidad de cartelería, donde prácticamente en ningún sitio se hace una petición directa al voto, de forma que se consolide como una opción natural.

PP (Partido Popular)

Si por algo destaca normalmente el Partido Popular es por el diseño de sus campañas —hasta la irrupción de Podemos, era el partido con mejor diseño gráfico de programa— y esto se aprecia directamente en el sobre. Con un enorme mensaje que es una llamada a la acción: «Abre este sobre si quieres que Andalucía siga avanzando.» el PP quiere crear desde el primer momento un estado de ánimo y un marco mental en el receptor de la carta, quien, a nivel subconsciente, ha de hacerse la pregunta de si quiere que Andalucía avance. No podemos dejar de destacar el uso del efecto iridiscente donde el azul y el verde se coaligan para transmitir la idea de que Andalucía es el PP, un uso del color que suele darse con bastante frecuencia en gobiernos municipales, cambiando el color de servicios o vestimentas públicas para que coincida con el color político. En ningún sitio aparece la fotografía de Juanma Moreno Bonilla, que despersonaliza la comunicación (excepto en la firma de la carta).

El dorso de la carta conjuga tres logos que nos dicen mucho de cómo está la configuración de poder en el PP en este momento. Junto al lema de campaña (un pesado Andalucía avanza en negrita), el logo del PP aparece en pequeño y como un satélite de la marca personal de Juanma Moreno Bonilla. Y ya está: el PP logra con su sobre transmitir un poderoso mensaje: si no estás con nosotros, no quieres que Andalucía avance. A nivel comunicacional es muy alto el impacto, apelando tanto a la culpabilidad del elector como a un pretendido discurso de progreso.

La carta, repite esquema de logos en el encabezado y se dirige al elector de forma personal, como a un amigo, dándole las gracias. Un texto que recopila los éxitos del gobierno popular en la Junta, pero que no desliza ni una sola propuesta, dejando claro que la campaña se hace para continuar. Un texto casi institucional, con un tono y contenido muy similar al que emitiera en navidad desde la barra de un bar. Los populares firman un diseño sobrio, una carta de banco, para reforzar la idea de que son el gobierno.

VOX

El sobre de la opción ultraconservadora es el sobre genérico de envíos postales, sin significación política, en contraposición con aquel otro sobre en el que se estampaba la bandera de España en las generales. Este cambio no es baladí ni casual: no fueron pocos los sobres de VOX que aparecieron rotos por las calles y en contenedores. El uso de la bandera como arma política, muy del estilo de VOX, provoca no poco rechazo, por lo que en esta ocasión han preferido enmascarar su llegada a nuestros buzones como un envío electoral más.

El despliegue viene en el interior, donde con el encabezado verde militar típico de VOX, el lema de campaña «cambio real» acompañado de una banda con la bandera de España comienza la carta. Otros elementos como el QR de la página web, un pequeño encabezado destinado a hacernos saber que se trata de las elecciones al parlamento de Andalucía —un elemento paternalista que se repetirá en el tono del texto y que deja ver lo que VOX piensa de sus votantes, además del público objetivo al que se dirigen—. Destaca también la frase «ser andaluz es una forma vibrante de ser español» y varios modismos que sugieren que la carta no la ha escrito un andaluz, sino alguien de Madrid. Hemos confirmado que esa sensación se produce en varias personas al leer el texto.

El mensaje, muy cercano al discurso populista de sus mítines, es de una agresividad sin tapujos con expresiones como «socialismo corrupto» «ha traficado junto a los sindicatos», «ha asfixiado», «políticas migratorias suicidas». Por contra, se presentan como una opción de «gobierno valiente» dispuesta a explusar a las «falsas élites». Esta agresividad, rozando lo prebélico, está diseñada para movilizar a un electorado muy cansado de crisis, subidas de precios y dimes y diretes políticos que busca en la simplicidad un cambio a la situación.

El pie de página vuelve a incidir en la idea de españolidad, con una legión de banderas atenuadas por el verde militar y el logo de Vox en blanco.

En el reverso de la carta, a diferencia de las cartas de PSOE y PP (ambas en blanco), aparece una reprodución del cartel electoral con la cara de Macarena Olona, también extremadamente saturada, enmarcada como solución de santidad y liderazgo, con la misma fotografía de banderas a su espalda. Esta fotografía pretende evocar, con el peinado recogido y el gesto de sonrisa tensa, a un líder severo pero comprensivo.

Adelante Andalucía

El portaestandarte del nuevo andalucismo. Eso es lo que pretende representar la candidatura de Adelante Andalucía con Teresa Rodriguez, y su sobre unitario lo demuestra. El dorso es, al igual que en las papeletas, una fotografía de Teresa Rodriguez que se viste de verde, como verde es el sobre. Una estrella tartésica se sitúa en el fondo y se sobreimprime el lema de campaña «Andalucía en defensa propia», además del nombre de la candidata.

El reverso es una oda al arte andalusí con un mosaico que de nuevo contiene, en patrón, la estrella de ocho puntas mudejar. «Adelante Andalucía» en grande y «andalucistas» debajo, coronando la foto que aparecerá en las papeletas, con la clara intención de visibilizar la opción en las mesas de votación, una estrategia copiada de la primera irrupción de Podemos. La solapa que cierra el conjunto se ha pensado para que abra a la izquierda, al contrario que el resto de sobres unitarios. Un guiño de la formación a su base ideológica.

Lo que espera en el interior es una carta de corte personal donde Teresa Rodriguez se presenta y presenta su formación como respuesta a una pregunta que formula: «¿Y si hubiera un partido andaluz que nos defendiera?». El estilo es simple y directo, muy en la línea de la expresión verbal de Teresa, y tira de Lorca para cerrar la carta. Como detalle extra, en la firma de Teresa está incluido el simbolo feminista.