En una ciudad pensada para el coche, ¿dónde encaja el peatón?

Escrito el 20/03/2022
Redacción

Como venimos diciendo en el artículo sobre movilidad, caminar es un hecho natural.

Otra historia bien distinta es si hacerlo en una ciudad cimentada alrededor del uso del coche resulta, además de natural y medianamente fácil, es también seguro.

La movilidad en coche ha ido configurando el aspecto de nuestra ciudad desde el pretérito uso de caballos y carretas —para quien tuviera los dineros— y el mucho más prosaico caminar de toda la vida.

Los espacios urbanos han de tener en cuenta a todos los segmentos de la población, destinando un espacio digno y seguro para transitar por estos.

Así, y como comentábamos anteriormente, el PMUS, documento de análisis a instancia del ayuntamiento, reconoce que La Rinconada no es un lugar que cuide especialmente del peatón, ni de los colectivos más desfavorecidos.

Para empezar, pocas son las aceras —incluso en urbanizaciones recientes— donde se respeta el espacio de 1,80 metros de acera para caminar, y el peatón tiene que sortear farolas, árboles, contenedores, papeleras y demás elementos del paisaje urbano, además de veladores, sillas. expositores y demás parafernalia comercial, que siempre redundan en un menor espacio público para el peatón. Una situación que se agrava cuando se trata de personas de movilidad reducida —eufemismo que engloba a discapacitados, heridos y mayores— o invidentes.

Además, en la ciudad se han implementado diversas soluciones, sin una coherencia unitaria o una tipología común; y para mayor abundamiento, sólo se ha llevado a cabo en las vías principales, obviando calles más escondidas, pero no por ello menos transitadas por el peatón, que busca precisamente la ausencia del tráfico rodado para su deambular. Así, podemos observar cómo hay rebajes de acera para pasos de peatones hacia un lado de la calle pero no hacia el otro, o que una acera es totalmente conquistada por los coches, o incluso por contenedores.

El PMUS reconoce que, por ejemplo, sí se tiene en cuenta al peatón en La Rinconada, donde se ha llevado a cabo la peatonalización del centro y propone que una solución conciliadora supone la plataforma única, donde vehículos y peatones se sitúan en el mismo espacio y se le da prioridad al peatón al convertir toda la calle en una acera transitable por vehículos.

Una de estas plataformas únicas —y su éxito a la hora de dotar de mayor protagonismo y seguridad al peatón— se encuentra en la calle Guadalcanal, donde además elementos como jardineras suponen un plus de seguridad cuando transitan vehículos.

La adopción de estas medidas no es algo rápido al tratarse de la confluencia de varios sistemas (alcantarillado, alumbrado, telecomunicaciones, etc), pero sí extraordinariamente necesario al dar forma a una configuración urbana mucho más respetuosa con sus habitantes y consigo misma.

Una configuración de ciudad que tenga en cuenta a todos sus habitantes, vayan en coche, a pie, o en silla de ruedas.