Artículo actualizado. En la primera versión se afirmaba que el espeleólogo había fallecido en una cueva submarina, dato incorrecto.
El espeleólogo sevillano José Millán Naranjo murió la pasada tarde del domingo durante una expedición en Villanueva del Río y Minas. Su cuerpo habría sido rescatado sin vida de una cueva subterránea, según primeras informaciones de la Guardia Civil.
No obstante, ulteriores declaraciones confirman que el fallecimiento habría tenido lugar en el Lago Azul de la localidad villarroteñominera, durante unas prácticas de buceo. El espeleólogo, natural de Mairena del Alcor, se habría ahogado cuando buceaba en dicho lago, aunque se espera al informe de la autopsia para determinar oficialmente la causa de la muerte.
Millán, «referente nacional en la práctica de la espeleología y del espeleobuceo», era presidente de la Asociación Andaluza de Exploraciones Subterráneas y director del Proyecto de investigación de las minas de agua de Torreperogil (Jaén). «Él nos transmitió la pasión por el mundo subterráneo, por la espeleología, y nos guio en el proyecto de puesta en valor de nuestro patrimonio, siendo una pieza clave», ha expresado el Consistorio jienense en su página de Facebook.
Las redes sociales del espeleólogo están repletas de mensajes de amigos de Millán, que lamentan su fallecimiento «haciendo lo que le gustaba, bucear en cueva».
Descubrimiento de una mina de agua romana en Alcalá
José Millán fue uno de los espeleólogos, miembro de la Asociación Andaluza de Exploraciones Subterráneas, que exploró y fotografió una antigua mina de agua de origen romano bajo la Ciudad de San Juan de Dios en Alcalá de Guadaíra.
«El agua brota de una pequeña galería que fue descubierta hace algún tiempo por la Asociación alcalareña Fuente del Piojo y ellos nos invitaron a realizar su exploración», señalaba a través de un post publicado en Facebook.
Según sus investigaciones, debía tratarse del conocido como manantial de Araujo, que formaba parte de los varios manantiales que la compañía inglesa Seville Water Words Company estudió para su aprovechamiento en el abastecimiento a Sevilla durante el siglo XIX.